Jesús Vidal ganó el Goya a mejor actor revelación por la película Campeones y también lo ganaron con él todas las personas con discapacidad intelectual que alguna vez han soñado con algo que parecía imposible.al ganó el Goya a mejor actor revelación por la película Campeones y también lo ganaron con él todas las personas con discapacidad intelectual que alguna vez han soñado con algo que parecía imposible.
El discurso del actor se hizo viral en pocos minutos y en él resonaban las palabras: inclusión, visibilidad y diversidad. Porque si de algo ha servido este reconocimiento en forma de galardón es para poner de manifiesto que las personas con discapacidad existen y, más aún, que pueden conseguir grandes logros que pocos pueden alcanzar.
Jesús Vidal ha demostrado que tener un hijo con discapacidad no es un castigo ni una carga. ¿Quizá haya momentos duros? Los habrá. ¿Quizá den ganas de tirar la toalla? Seguro. ¿Quizá suponga más esfuerzo? Puede ser. Pero merecerá la pena. Lo único que hay que hacer es prestar los apoyos necesarios para que esa persona pueda llegar a donde quiera. Habrá que estar más pendiente y poner más ahínco en la educación y desarrollo de esa persona. Pero, ¿qué padre o madre no hace eso con cualquier hijo?
Está claro que todos tenemos unas limitaciones y no podemos destacar en todos los ámbitos, pero siempre habrá un campo en el que se destaque. Ya sean las artes, el deporte, las ciencias o lo que sea. El caso es sentir que nos gusta lo que hacemos y que nos hemos esforzado en el camino para conseguirlo.
Nadie debería tener miedo de soñar a lo grande. Primero porque cualquier cosa es posible con esfuerzo. Y si no fuera posible y nos quedamos a mitad de camino, al menos nos hemos marcado una meta importante y el lugar en el que hemos quedado es digno de mención.
Día a día miles de personas con discapacidad se enfrentan al mundo con optimismo y ganas de hacer cosas que marquen la diferencia y si ellos quieren, tenemos que apoyarlos en lo que podamos.
Todos tenemos nuestras pequeñas discapacidades contra las que tenemos que luchar a diario, pero también tenemos capacidades maravillosas que debemos potenciar.
Al final, parece que es más lo que nos une que lo que nos diferencia, ¿no?



